martes, 6 de marzo de 2012

La vida de un celiaco siempre tiene riesgos

La vida de un celiaco es como un campo de minas, cuando menos te lo esperas explota una. Hay que estar siempre alerta porque cuando te relajas ¡booom! salta el gluten. Ya sea con los amigos, con la familia, en los restaurantes...

CON LOS AMIGOS QUE NO CONTROLAN EN GLUTEN

Este fin de semana nos juntamos unos cuantos amigos a hacer una calçotada. Entre que saludas a uno, que te informas de lo que hay en la mesa que sea apto para celiacos, que vigilas como están cortando el pan para que no salten las migas por todo, te das cuenta que los que están asando los calçots los están metiendo en un saco de una harinera con restos por todos lados para que se acaben de hacer por dentro. "¿Pero qué queréis, matarme?", les dije. Finalmente mina controlada.

LA AMIGA DE LOS POLVORONES SIN GLUTEN

Ayer me invitó una amiga a cenar a una pizzería y sin pensarlo un segundo le dije que no. Esto fue fácil. Creo que es el colmo de un celiaco ir a una pizzería de la que no has oído hablar nunca, ni tampoco a ningún otro celiaco. Es el paraíso del gluten y el infierno para un celiaco, diría yo. Vamos, que seguro que allí salta una mina. Y además, si la que te invita es la misma que te dio los polvorones “integrales” el día de Noche Vieja convencidade que eran sin gluten… Fuuuuch, fuuuuuch. No quiero saber nada. Mina controlada.


Hay un restaurante en Zaragoza que señala en la carta los productos aptos para vegetarianos con una hoja y los aptos para celiacos con una espiga. Hacía mucho tiempo que no iba y os diré el porqué. Resulta que sí, que todo muy bien señalado, pero te traían la crema de calabaza con picatostes flotando o el flan con un barquillo clavado a modo de chimenea. Menos mal que la cosa era evidente, que si no allí envenenan a celiacos a destajo. ¡Y eso que estaba señalado en la carta! Volví la semana pasada y la carta está cambiada. Yo avisé en cada plato que pedí y aunque ahora sólo puedes comer dos de los platos de entrante, desde luego ya sabes a lo que vas y que te vas a ir sana y salva a casa. Mina controlada.

LA SUEGRA

El campo de minas para un celiaco también llega hasta casa cuando tu suegra llega con su comentario "no será para tanto" y su insistencia en hacer bizcochos y platos que "si, es todo sin gluten".Y luego acabas contaminada por el sobre de levadura o la salsa con miga de pan. De momento la mía se comporta y desde que me envenenó con el bizcocho, no ha habido que lamentar ninguna contaminación. Mina controlada.

Nada es fácil y lo de ser celiaco menos. He contado ya varias historias de envenenamientos con gluten en este blog y la verdad es que aún podría contar más. La vida de un celiaco es complicada, ya lo veis, no te puedes fiar. Me dicen que es porque arriesgo mucho y así me explotan todas las minas. Pero la vida sin un poco de riesgo no es vida ¿o si?

2 comentarios:

  1. Aisss.... no sabes cómo te entiendo.... En mi caso este verano me pasó todo lo contrario.
    Situación; Tenerife, primeras vacaciones con mi chico, primera vez que veía a su familia. Llega su abuela y le dice "a ver qué día vienes a casa a comer (no me acuerdo qué con gluten), cariño". Chabi replica "abuela, que Susana no puede comerlo". Respuesta de la buena mujer: "bah, ella ya se hará cualquier cosita".
    Ni qué decir tiene que Chabi se sintió tan mal por mí que no fuimos a comer a casa de la abuela.

    Minas vamos a encontrarnos en todos lados, la cuestión es ir detectándolas y desactivándolas antes de que nos exploten en las narices.

    Un abrazo.

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  2. Ese amor de abuela que olvida a las parejas de los nietos... Bueno al menos avisó correctamente de lo que llevaba la comida y pudiste detectar la mina a tiempo.

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