viernes, 20 de mayo de 2016

Sin gluten hasta en los sueños eróticos

No se que pasa por mi cabeza o qué trastorno estoy desarrollando pero esta noche he soñado que tenía un affaire con Clark Gable en un supermercado gluten free. Rodábamos por las magdalenas y la harina sin gluten. Entre las palmeras de chocolate y los panecillos. Todo gluten free. 

LA CELIAQUÍA NO ME DEJA NI EN SUEÑOS

La ubicación entiendo que haya sido ésta. Qué mejor que un supermercado sin gluten para un celiaco que se vea en una ocasión así. Pero la pareja...Clark Gable no es mi ídolo ni mi amor fetiche. No he visto nada de él últimamente y no se cómo ha aparecido en mi cabeza esta noche entre tanto gluten free. Pero ha sido así.

Mi vida adulta, llamémoslo así, transcurre por la noche porque por el día mi vida es la de madre de dos niños de uno y tres años entre pañales, parque, meriendas y fiestas infantiles. Así que cuando el sol se va mi cabeza aprovecha para poner en orden temas retrasados y pendientes. Eso sí, sin olvidar la celiaquía, que no me deja ni en sueños. 

MI VIDA NECESITA ACCIÓN Y GLUTEN FREE

Intentando darle sentido y significado a este sueño lo que está claro es que mi vida necesita un poco de acción y mucho, pero mucho gluten free. Pero a ¿Clark Gable? ¿Lo necesito? ¿Qué hace aquí ahora en mi vida? Mi marido no es un Clark Gable. Para mi es un Richard Gere, faltaría más. ¿Comerá sin gluten Richard Gere? ¿Era celiaco Clark Gable? Quién sabe oye, a lo mejor mi subconsciente me quiere decir algo. O simplemente es Clark que me está enviando un mensaje cifrado gluten free desde el más allá. Tendré que averiguarlo. ¿Alguien se anima a descifrarlo?


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jueves, 5 de mayo de 2016

Comiendo en El Pancetas ¡sin gluten!

Una cosa es comer panceta y otra comer un bocata en El Pancetas. Los celiacos estamos de suerte en Zaragoza con la apertura de la bocatoría El Pancetas en la zona de la Plaza San Francisco. Bocatas, ensaladas, raciones y postres, pan y cerveza ¡todo sin gluten! A mi me parece un lujazo

Y no sólo eso. Es que las raciones no son las típicas de papas bravas o calmares. Aquí el pancetas se lo curra. Son unas raciones con un toque sofisticado, llamemosle gourmet. Un carpaccio de manitas, un rollo de patata, una ensalada de tomate templada con su sofrito...

NO SÓLO DE PANCETA VIVE EL PANCETAS

A ver, que no sólo de panceta vive el hombre celiaco. Que también hay otros bocatas ricos y divinos. 

Y los postre. Ay! los postres. Ya perdonaréis que no he hecho foto del flan que me comí de un bocado o de la crema de chocolate que engullí con rapidez. La que os pongo es la de una sopa de fruta de la pasión y coco. La verdad es que está todo bunísimo. Hasta para ir con los niños es un sitio recomendado. Porque además de tener trona, que no en todos los restaurantes hay, hay platos que se puedes adaptar para ellos. 

POR 12 EUROS UN CELIACO COMIDO

Lo mejor el precio. Sales por unos 12 o 14 euros con tu ensalada, tu bocata y tu postre además de la bebida sin gluten. 

Al menos eso me ha costado a mí que ya he estado 3 veces. Lo del precio no es moco de pavo teniendo en cuenta que hay restaurantes en los que te cobran un suplemento por celiaco. Y tal y como está el bolsillo hay que tenerlo muy en cuenta. Si vais, ya me contáis.





jueves, 28 de abril de 2016

Madre celiaca y abducida ¡tres años!

Ser madre no es fácil, seas o no celiaca. Hace tres años que lo soy y después de vivirlo en mis carnes puedo opinar con conocimiento de causa. Y es que es muy fácil hablar sobre lo que hacen los demás cuando no eres madre. Yo misma lo hice y he tenido que tragarme mis palabras. Mi vida ha cambiado y mucho. Por eso quiero comenzar haciendo un brindis con todos vosotros, por mi vuelta al mundo real. ¡Chin Chin!

Hace ya tres años que nació Bruno y uno desde que vino al mundo Berta y es ahora cuando empiezo a retomar mi vida poco a poco. Porque me siento como si me hubieran abducido unos extraterrestres durante los últimos tres años y se me hubieran llevado a otro planeta. He vivido en mi mundo, en mi burbuja, con mis hijos de los que he disfrutado muchísimo.Y es ahora cuando vuelvo de allí y empiezo a retomar mi vida, la de antes de parir, aunque no será la misma. Las prioridades cambian y los hijos te cambian a tí. De ahí que no haya actualizado este blog. No por falta de ganas sino de tiempo.

EL GLÚTEN NI SE VA NI VIENE

Respecto al glúten sigue ahí, en mi vida, porque éste ni va ni viene. A éste no lo abdujo nadie, este se vino conmigo y ha vuelto conmigo. Que ya se podría haber quedado en alguno de los partos. Pero no. La celiaquía es intrínseca a mi ser y gracias que mis hijos no son celiacos, al menos de momento. No se como lo lleváis las demás mamás celiacas pero para mí es inevitable contaminarme con la comida de mis hijos. No siempre... pero alguna vez me ha pasado y me pasa.

LA CONTAMINACIÓN CRUZADA EN LA MESA CON LOS NIÑOS

Me gusta que comamos todos juntos en la mesa. Ellos siempre, desde que empezaron a comer a los seis meses tras la lactancia exclusiva, lo hacen a trocitos. Que si parto aquí, que si corto allá. Que si un trocito de pan, que si la magdalena a trocitos. A lo que las manos van para aquí, vuelven y van para allá. No pasan por la servilleta y van directamente a  mi pan... en fin, que el gluten se cruza y es imposible evitar el envenenamiento.

Eso sí, creo que mi cuerpo se ha fortalecido o al menos durante la lactancia ha creado una barrera antiglutoniana porque la reacción a éste durante estos tres años ha sido más leve. Ha estado allí avisándome pero no con aquellos dolores y vaciados estomacales exagerados que le dejan a una temblando.

El caso es que ya estoy empezando a retomar mis cosas y con ellas este blog. Mi vida ha cambiado y con ella Historias Celiacas. Porque las historias de una celiaca cambian pero no se acaban sea madre o no. Eso nada tiene que ver con este cuerpo serrano y reaccionario al gluten. Así que...¡Que el mundo no pare!

lunes, 15 de junio de 2015

Cosas que devuelven la ilusión sin gluten


La vida te da sorpresas, como dice la canción, sorpresas te da la vida... desde luego que sí. A mis 32 años me sorprendió la celiaquía. A los 35 mi primer hijo y a los 37 el segundo. A los 33 mi primer despido. A los 32 un trabajo que nunca habría creído para mi, a los 36 un giro radical a mi vida, durante los 12 últimos años unas amigas que muchos desearían y en los últimos días Qué Box, una caja con un contenido espectacular para un celiaco con cierta intolerancia a la lactosa como yo.
 
UNA FORMA DE SORPRENDER A UN CELIACO

Y no sólo eso, que también hace paquetes para otras intolerancias y alergias. ¿No os parece genial? A mi me lo parece. Es un excelente regalo para sorprender a un celiaco. Conocía iniciativas de este tipo que te permitían probar diferentes cosméticos pero no de celiacos y me parece una idea genial, porque en mi caso, después de varios años probando productos, ya me he hecho a unos y no sigo arriesgando. 

Pero Qué Box me ha animado a probar cosas nuevas. Cosas sin gluten y otras de las que desconocía su existencia o que nunca habría probado porque no sé como cocinarlas o cómo tomarlas, como las mazorcas de maíz o la leche merengada on the Rocks.

ILUSIÓN CELIACA

Cada caja lleva unos 12 productos sin gluten y cuesta 19,90, un precio muy inferior al real. Pero ya no sólo es el precio. Es la ilusión de recibir esta caja en casa con toda una variedad de productos sin gluten. Y probarlos y descubrirlos. Y esto es lo que me ha vueltoa ilusionar como celiaca, os lo digo en serio. A lo mejor pensáis que con qué poco me conformo o ilusiono, pero de verdad que yo necesito poco y esto meparece mucho. A mí y a muchos celiacos.

Y es que pequeñas cosas son en muchas ocasiones las que te hacen ser feliz. Y ser feliz hoy en día es complicado. Así que yo me quedo con esta pequeña pero gran sorpresa que me ha devuelto la ilusión sin gluten.

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De ilusiones no come un celiaco