He decidido contar mis visitas al alergólogo por partes porque este tema tiene enjundia. Se lo cuento a mis amigas y me dicen que mi vida es surrealista. Pero ya dicen que la realidad supera a la ficción y yo esto lo vivo continuamente en mis carnes.
Ayer fui por segunda vez al alergólogo. Como os comenté, me iban a poner un trozo de preservativo, otro de compresa y un tercero de guante de látex pegado a la espalda para ver como me reaccionan al contacto con la piel. La sala de espera ... surrealista total. Me estaba riendo sola. Yo ya no sé si es la edad o qué, pero me he dado cuenta que hablo con cualquiera. En el bus, en el tranvía, en la sala de espera del médico. Me da igual.
Ayer fui por segunda vez al alergólogo. Como os comenté, me iban a poner un trozo de preservativo, otro de compresa y un tercero de guante de látex pegado a la espalda para ver como me reaccionan al contacto con la piel. La sala de espera ... surrealista total. Me estaba riendo sola. Yo ya no sé si es la edad o qué, pero me he dado cuenta que hablo con cualquiera. En el bus, en el tranvía, en la sala de espera del médico. Me da igual.
EN LA SALA DE ESPERA ...
Pues resulta que allí sólo llegar, llega una chica cargada con botes de especias y se le cae una al suelo. Evidentemente lo suyo son las especias. A lo que un señor que estaba sentado comenta “nada tranquila, que yo he traído una lata de mejillones y unas gambas y podemos aliñarlo con esto”. Entonces pensé yo a lo Mauricio Colmenero ¿Pero esto qué es? Si supieran que yo traigo un preservativo y una compresa para ponerme a la espalda…
ALERGIAS VARIAS
En fin, que allí estaba esperando y hablando con el resto. El de los mejillones y las gambas además tenía alergia a los frutos secos, el marisco y algunas especias como la pimienta negra y la blanca. Me recordó la canción que me canta mi pareja "Alérgica a 27 cosas" . La de al lado, una chica que tenía 21 años, pero para su madre parecía que tenia 2 porque hablaba por ella todo el rato, tenía a las frutas con hueso y algunas especias. Y luego estaba la de los botes de especias. Cada uno contando sus cosas, que si se me hinchan los labios, que si se me cierra la garganta y no puedo respirar, que si llevo una inyección siempre en el bolso para por si acaso…Vamos el fin del mundo.
¿ES PARA TANTO LA CELIAQUÍA?
Y entonces me llegó el turno “Si yo soy celiaca, intolerante a la lactosa, desde la última vez que vine aquí al anisakis y ahora me van a mirar el látex” Se quedaron mudos oye. ¿Realmente es para tanto lo de la celiaquía? Yo veo peor lo de las frutas y el marisco. A ver, que yo puedo vivir sin marisco, pero vamos que si me lo ponen me lo como encantada. ¿Pero sin fruta? Bufff, yo creo que eso es más duro.
CON MIS TROCITOS PEGADOS A LA ESPALDA...
Y después de la cháchara, llegó la consulta y así salí, como veis en la foto. Con mis trocitos pegados en la espalda y vendada. Tuve un poco de mal cuerpo y algo de picor en la cara, pero después de los polvorones de Noche Vieja que aún voy arrastrando, ya no se si es eso o el látex lo que me reacciona. Mañana tengo que volver a que me vean. Ya os contaré...
Madre mía!! Surrealista, surrealista!! Espero que no sea nada.
ResponderEliminarCuídate
Sonia