Ser celiaco no impide salir a cenar, pasarlo bien y tener una vida activa, por eso en "Historias celiacas" encontrarás las anécdotas más divertidas de una celiaca, recomendaciones de los mejores restaurantes sin gluten y muchos artículos relacionados que harán la vida del celiaco más fácil.
lunes, 22 de octubre de 2012
Complejo celiaco muy desarrollado
No hay nada mejor que tener un compañero a dieta para darte cuenta de que estás comiendo demasiado. Vamos que eres una glotona, que tu estómago es un pozo sin fondo y que no paras hasta tener el buche lleno. El mío me tiene avergonzada. Se cuida mucho en la alimentación, a pesar de que él dice que no. Cuando vamos a comer sacamos los tuppers, los míos sin gluten claro, y él lleva unos mini tuppers que no son ni la cuarta parte que los míos. Y pienso "por Dios, ¿y yo soy una señorita celiaca?"
MIS TUPPERS HASTA ARRIBA
Mis stuppers están a tope mientras él viene con la cantidad justa de cada ración. Es decir, si se trae guisantes trae lo que es un puñadito, no más. Si trae albóndigas trae 3 y no más y así se asegura de que no come nada más que lo imprescindible. Y allí voy yo con mis tuppers hasta arriba, que parece que me voy tres días de casa y que me voy a morir de hambre. Miro los míos, miro los de él y pienso ¿Y así pretendo guardar la línea? ¿Pero en qué estoy pensando? ¿Qué pensará este chico de mí con semejantes cantidades de comida?
COMPLEJO CELIACO DESARROLLADO
Y he llegado a la conclusión de que tengo el complejo celiaco muy desarrollado. Es decir, que no salgo de casa sin un bocata en el bolso, unas galletitas sin gluten o una fruta. Y ahora que como de tupper, madrugo y paso casi la jornada entera fuera de casa, llevo la nevera portátil hasta arriba de cosas: por si me apetece yogur pongo dos, por si me apetece zumo, me pongo dos zumitos, que una magdalena, que unas galletas... y al final llevo el armario entero entre la nevera y el bolso.
REDUCIENDO CANTIDADES
Como siempre, esta vez también he intentado sacar provecho del asunto, porque no hay mal que por bien no venga, y como podréis observar en los dos últimos tupper menús he comenzado a reducir las cantidades. La influencia de mi compañero ha calado donde tenía que calar. Mi vergüenza lo agradece, porque no tiene que salir tanto a pasear, y la báscula espero que en breve también.
PD: He tenido unas semanas un poco duras y no he podido dedicar todo el tiempo que me hubiera gustado al blog y a la redacción de nuevos post. Tengo muchas cosas que contar, sÍ, pero mis energías han estado bajo mínimos y el tiempo me ha escaseado. Ahora estoy mejor y con ganas de recuperar el tiempo perdido. Perdón por el abandono...
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jaja, habría que ver la neverita. Con zumos, yogures, galletas...
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