¿Os dais cuenta de lo fácil que es contentar a un celiaco? 3 cupcakes me han hecho la celiaca más feliz del universo. Les ha costado llegar, pero finalmente han llegado desde Free Cake en Alcalá de Henares. Con su frosting de chocolate, naranja y fresa y ya perdonaréis pero las bolitas se me han quedado pegadas a la caja. Con su bizcochito con nueces y con un sabor que me ha llevado directamente a la Gloria.
Me han dicho que parecia que tenía antojos de embarazada, que si no es para tanto, que si eso me lo como yo en un segundo... Pues os diré que esto para un celiaco es un sueño. Un sueño sin gluten, por supuesto. Porque en los cuatro años sin gluten que tengo en mi cuerpo no había visto semejantes madalenas en persona. Y menos 3 juntas. Por eso me las he repartido en tres días para disfrutarlas en mi momento dulce diario. En mi pequeño momento del día que es cuando Bruno duerme y ¡Dios! qué buenas me han sabido. ¿Por qué lo bueno dura tan poco? Ya dicen que lo bueno, si es breve, dos veces bueno. Y para un celiaco lo es, vaya que si lo es.
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