Qué recuerdos aquellos días en los que comía sin parar y no engordaba nada en absoluto. Aquellos días en los que las galletas con chocolate llenaban mis tardes y noches después de la comida o la cena y la báscula no aumentaba ni un gramo. Qué días aquellos en los que me comía 8 albóndigas de segundo plato, después de un primero y ni me inmutaba.
Aquellos días no están muy lejanos, hace sólo dos meses, pero la lactancia me ayudaba. Ahora ya no me puedo permitir esos lujos, tras dejar de dar el pecho la báscula ha subido de forma repentina y veloz hasta alcanzar mi peso de siempre.
La pregunta de una lectora de Historias Celiacas me ha hecho recordar aquellos días. "He tenido un niño, le doy pecho y estoy perdiendo mucho peso. ¿Qué puedo hacer para no seguir adelgazando?" Recordad que Júlia, dietista de Alimmenta, responde a vuestra dudas.
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