Cuando ha pasado algo de tiempo, hablar con naturalidad de algunas cosas resulta mucho más fácil.
Hablar ahora, más de 7 meses después de quedarme embarazada por segunda vez, es más sencillo, vamos que no me cuesta tanto.
Mi segundo embarazo no fue buscado, tampoco lo evité, si no está claro que no me habría quedado ¿verdad? Pero lo cierto es que no era mi intención.
Entre el final de la lactancia, cuando
Bruno cumplía el año, el olvido del anticonceptivo en plenas vacaciones y unos cálculos de fechas mal hechos fue como Berta finalmente se hizo hueco en mi cuerpo, en mi mundo y en la vida.
EL PRINCIPIO, UN VERDADERO SHOCK
Al principio fue un verdadero shock. No podía creérmelo y me costaba hacerme a la idea. Tanto que estuve un mes y medio que no salía de mi asombro, la idea de estar de nuevo embarazaba no se hacía sitio en mi cabeza. Pero fue así. Y después de ese tiempo, de ese mes y medio, la felicidad entró en mi ser, me envolvió de tal forma que no me he arrepentido jamás de tener un segundo hijo, de darle una hermana a Bruno, de ser 4 en la familia. Porque de otra forma, seguramente, habríamos sido 3 por los siglos de los siglos.
Quiero contaros esta experiencia porque seguramente habrá muchas mamás que han pasado por lo mismo. Por la culpabilidad de un nuevo embarazo, por la sorpresa de unos síntomas que te dicen al 99% que sí que estás ( y el otro 1% te los corrobora el predictor), por la incertidumbre de una nueva vida que tú habías trazado y planeado para 3 y ahora será para 4. Pero todo pasa, todo se puede ver de otro color y traer al mundo a un hijo es maravilloso, intenso pero maravilloso.
TIEMPO Y PENSAR CON TRANQUILIDAD
No niego que lo pasé mal al principio. Porque esto es algo para lo que debes estar preparado. Que te va a robar tiempo, sueño, hambre, energía y a veces hasta la respiración. Por eso hay que darse tiempo, relajarse y pensar con tranquilidad.
Yo me dí un
tiempo para hacerlo y os recomiendo que lo hagáis, que lo penséis con
tranquilidad, que no sigáis con vuestras vidas como si nada, que os
dediquéis tiempo a recapacitar y plantear la situación hasta que la
tranquilidad os de la razón.
UN FUTURO PROMETEDOR
Ahora mi vida es plena y estoy feliz. Van a cambiar muchas cosas y en casa tenemos muchos planes de futuro para los 4. Muchos cambios para una nueva vida que llegará a finales de abril cuando Berta vea la luz del mundo.
Se nos presenta un verano intenso y con retos, porque criar a dos niños que se llevan 2 años escasos no será facil, pero nos estamos mentalizando y guardando la fuera y la energía suficientes para poder con todo lo que se avecina.