Hace tiempo que no os cuento nada de Bruno, sobre su evolución
con el gluten y la comida en general, pero antes me gustaría comentaros algunas
cosillas sobre la maternidad que me hubiese gustado que me contaran antes de ser madre.
LA INTENSIDAD DE SER MADRE
Ser madre es una experiencia maravillosa, que transforma tu vida, te convierte
en mejor persona y te da una felicidad tal que no es comparable con ninguna situación anterior. Pero a
la vez es una vivencia tan intensa que en algunos momentos agota. Me explico. Después de un parto por cesárea y el regreso a casa con Bruno, la adaptación en sí fue muy rapida. Todo estaba preparado antes de salir al hospital así que no faltaba de nada. Todo estaba en su sitio. Las cremas, la bañera, los pañales, los pijamas...
LA ADAPTACIÓN DE LA MAMÁ
La que no estaba preparada era la otra adaptación, la de la mamá a unos horarios caóticos en los que no sabes en qué hora vives. O sí lo sabes pero estás tan cansada que no tienes tiempo de hacer lo que toca a esa hora ya sea desayunar, comer, dormir, ducharte o descansar. La adaptación a los cólicos del lactante que les llaman, con los que no para de llorar y no sabes por qué. La adaptación a un sueño interrumpido. La adaptación a esa vida maravillosa que te han contado y que no llega porque estás tan cansada que no ves más allá de la cama.
La adaptación a ese "hasta el sueño se te pasa" que te dice la matrona en la preparación al parto y que no ocurre. La adaptación a ese "duerme cuando él duerma" que no puedes hacer porque ¿cuándo comes, te duchas o te vistes entonces?
EL CANSANCIO Y LOS DESVELOS
En fin que te han contado tantas cosas extraordinarias y tú estás tan cansada que no entiendes lo que pasa, como fue mi caso. No quiero ser catastrofista, negativa ni agorera (como me han llamado en alguna ocasión) porque no todo el mundo tiene que vivirlo así, pero a mí me hubiera gustado que me lo contaran y no encontrármelo de sopetón. Porque el desconocimiento te hace dudar, pensar que no lo estás haciendo bien. "¿Por qué el resto del mundo habla maravillas y a mi no me pasa?", pensaba yo.
ESTÁ MAL VISTO QUE LAS MUJERES SE QUEJEN
Hasta que un día hablando con mi me médico me dió una contestación que me sirvió: "Está mal visto que las mujeres se quejen y digan que no pueden más porque parece que no son buenas madres". Por eso yo he decidio contarlo a mis amigas. Y aquí estamos entre amigas ¿no?. No es nada malo decir que es una situación muy agotadora, maravillosa, pero agotadora. A lo mejor el hecho de que fuera una cesárea la recuperación fue más larga y la experiencia se vive de otra manera, pero para mí el primer mes y medio fue muy duro.
TODO COMPENSA
Algunos me han dicho que si vivía en el país de las maravillas para no saberlo y os aseguro que no. Que he tenido experiencias de maternidad muy cercanas y nadie me contó que fuese así. También os digo que todo pasa y se olvida y que no me cierro a una nueva maternidad. Porque todo compensa. Y a mi me compensa.