Esto es un no parar. Estas
dos últimas semanas Júlia (Alimmenta) me ha hecho apuntar en una tabla todo lo que como. No
se debe fiar de cómo estoy llevando la dieta. Pero el hecho de apuntarlo todo,
todo, me ha causado ansiedad. Creo que me ha dado más hambre si cabe.
Resulta
que le comenté que me saltaba algunas meriendas y cenas, vamos que había vuelto a las andadas del
principio de la dieta cuando las cenas eran (y son) mi punto débil, es decir mi pecado. Unas porque no las hago y otras porque no las cumplo.
APUNTAR TODO LO QUE COMO
Hace 15 días había engordado
un kilo y medio, hasta 72,5 kilazos y el brazo un centímetro hasta 31´5 cm. De
tripa seguía igual, a pesar de que yo me la notaba enorme. He de decir que me
medí yo, con lo cual puede ser que cometiese algún error y no me tomase las
medidas de forma adecuada, porque llega un momento que la tripa no hay por dónde
cogerla. Así que ¡hala, a apuntarlo todo!
73 KILOS SIN GLUTEN
Y confieso que me da
vergüenza enseñarle la tabla porque hay días que es un desbarajuste total. Pero
es que llego con tanta hambre… que no soy dueña de mis manos ni de mi boca. No
controlo lo que estas pueden llevar a la boca, ni lo que mi boca puede llegar a
masticar y tragar. Ahora estoy en 73 kilos en mi semana 28+2 días de embarazo y
tengo un haaaambreee caniiiinaaaa.
TRABAJAR, COMER Y DORMIR
Y es que el desbarajuste se
ha trasladado también a mi vida diaria. No sé en qué día vivo, de hecho ayer se
me pasó la cita con Júlia y la hemos pasado al jueves. He tenido pesadillas
horrorosas con respecto a la llegada del bebé. Me he metido en la cocina más
que en toda mi vida celiaca a preparar bizcochos, tartas y empanadas sin gluten.
La vida no me da para más que para trabajar, comer y dormir porque me
acuesto entre las 9.30 y las 10.30 horas, con lo que el día se reduce mucho. Aun así me ha dado tiempo de acudir a una cata de pan sin gluten, quedar con mis amigas, ver a mis suegros y a mis padres,
estar con mis sobrinos, escribir algún post (no tan a menudo como me gustaría)…
no lo hago mal del todo entonces ¿no?
SÍNDROME DEL NIDO
Lo dicho, que conforme
avanza el embarazo me siento más descontrolada en todos los sentidos y tengo la
necesidad de poner orden. No sé si esta necesidad que me he creado de ser una
“súper mujer” y continuar con el trabajo hasta el final es la correcta. ¡La
lista de cosas por hacer se acumula y ya estoy de los nervios! ¿Debe ser lo que
se llama el “síndrome del nido”?, que tengo la imperiosa necesidad de tenerlo
todo controlado y ¡de momento no tengo nada!
Así que todo se mezcla, la
dieta, el gluten, el trabajo, la casa, la habitación del bebé, lo que necesito para el día
del parto y cuando llegue a casa y después.... ¡AAAAAAAAhhhhhhh!!!